II. Entrevista con Brenda Castillo, diseñadora de iluminación.
Fernanda Escárcega Ch.
Brenda estudió Arquitectura en la UNAM y hacia el final de la carrera hizo una especialización en museografía. Su primer trabajo, en Lighteam, la hizo entender la relevancia de la luz en los proyectos arquitectónicos, pero también en la vida de las personas. En 2019 se vuelve independiente e inicia Circadia, despacho con el que busca un ejercer colaborativo, elaborar proyectos compartidos, dialogados, que se nutran de todos los quehaceres y las mentes involucradas.
Compartiendo ese espíritu, All Arquitectura y ella han colaborado en diversos proyectos. IKAL –el primero de ellos– tuvo mención honorífica en los Lighting Design Awards. Actualmente Circadia forma parte del equipo de CASA SEXTA. En esta entrevista Brenda nos cuenta sobre el valor del diseño de iluminación, sobre su proceso de trabajo y un poco sobre sus otras ocupaciones.
F: Desde tu perspectiva, ¿cuál es la aportación del diseño de iluminación a los proyectos?
Aporta valor sobre distintos aspectos. El más evidente es la parte visual. La luz tiene la cualidad de transformar los espacios. Es brutal. Tomas un espacio y le puedes dar tres moods completamente diferentes. Siempre hay una compensación y compenetración de mejora hacia la arquitectura. Pero también se generan, desde la parte técnica, que respalda lo visual, otros beneficios: el ahorro de energía, porque estás utilizando menos equipos con mayor eficiencia; un buen ciclo circadiano porque tienes una iluminación de calidad; instalaciones más seguras. Hay beneficios a nivel biológico, a nivel estético y a nivel económico, porque, en realidad, la luz está en todos lados. Incluso repercute en el quehacer creativo, una buena iluminación es indispensable para estar cómodo al momento de trabajar.
La luz es un elemento que siempre damos por sentado. Está ahí, pero no nos ponemos a pensar en la manera en que, bien o mal, nos afecta; ni que no solo nos afecta a nosotros, como seres humanos, sino que afecta a lo que nos rodea, al entorno y a otros seres vivos.
F: ¿Puedes describirnos tu proceso de trabajo?
El primer acercamiento es con los arquitectos, para abrir el dialogo alrededor de su concepto. Escuchar es el primer paso. Qué es lo que están pensando, cómo se lo imaginan. En CASA SEXTA, por ejemplo, hubo ciertos rasgos claros desde el principio: el color blanco, formas a 45º, ciertos movimientos, entradas de luz y la integración de los espacios con vegetación. También hay que escuchar al cliente, qué tipo de luz le gusta, indagar qué tantas opciones conoce, para, si es necesario, presentarle otras posibilidades.
Ya con lo conceptual y las propuestas aprobadas paso a la parte técnica, al cómo. A partir de pruebas de laboratorio, muestras físicas y cálculos fotométricos elaboramos las especificaciones (planos preliminares, fichas técnicas y criterios de control). Para eso hay que mantenernos en comunicación con los arquitectos y el área de ingeniería eléctrica.
Finalmente pasamos a la parte de documentos constructivos, los planos de iluminación con ubicaciones finales. La información para que se construya.
F: ¿Tienes preferencia por algún tipo de proyecto?
Me gusta la diversidad. Puede ser una exposición de arte, la iluminación de una terraza, de un departamento entero o de las obras de arte de una casa. Todo, desde escala residencial pequeña hasta proyectos públicos.
Lo más complejo creo que es lo residencial, sobre todo si son espacios ya construidos. Son los que representan más reto porque implican más limitaciones, hay que considerar que los apagadores sean compatibles con los drivers, si hay plafones o no, si la losa no se puede perforar, cuestiones muy específicas. Pero al final, igual es bueno, porque eso nos lleva a investigar opciones.
F: Entonces, entrar desde la etapa de diseño permite propuestas más libres. ¿Cómo ha sido con CASA SEXTA?
Ha sido un proyecto muy amigable. Desde la etapa conceptual siempre hubo muy buen entendimiento, tanto con All como con los clientes finales. Ha fluido bien. La parte de más cuidado ha sido el seguimiento en obra, pero el arquitecto que está llevando esa obra ha hecho un gran trabajo para integrarlo todo. La buena comunicación ha sido fundamental.
F: Ahora, volviendo a la profesión en general, ¿qué piensas del diseño de iluminación en México?
Está creciendo mucho. Hace unos años había muy pocos despachos en el país, diez máximo. Hoy ya hay dos escuelas que tienen la especialidad de diseño de iluminación: la UNAM y CENTRO. Y hay mucho talento, despachos jóvenes mexicanos están ganando premios internacionales. Con todo eso se le ha ido reconociendo dentro de la Arquitectura como una especialidad, tanto a nivel de despachos privados como a nivel de gobierno. Ha ido tomando su lugar dentro de los proyectos.
F: Además de Circadia tienes otros proyectos, cuéntanos sobre Luz sin Fronteras y sobre la IALD (Asociación Internacional de Diseño de Iluminación).
Luz sin Fronteras es un trabajo voluntario que nació en 2019 y que ha crecido de la mano de Cristina Escofet, Oriana Romero y Alejandra Hernández. Con él buscamos abordar el diseño de iluminación de otra forma, no desde el entendimiento de que es un lujo, sino de que es un derecho. Todos tenemos derecho a una iluminación de calidad tanto en los espacios habitables como en los públicos. Lo que hacemos es atender necesidades de iluminación más sociales. Puede ser un parque o una calle que se transita cotidianamente o en la que se espera el camión. Vamos al lugar, hablamos con la gente y tratamos de llegar a soluciones en conjunto. Es un intercambio padre, otro tipo de diálogo con los usuarios finales.
Y es que hay un gran vacío de conocimiento respecto al tema de la iluminación. No todo es la luz blanca o postes de luz a 5 metros de altura. Mediante talleres de diseño participativo con las comunidades les mostramos otras posibilidades e invitamos a la gente a proponer.
La IALD, por otra parte, es una comunidad de diseñadores alrededor del mundo que promueve las buenas prácticas y hace frente a problemáticas actuales como la contaminación lumínica o la contaminación visual. Me integré a ella, también como voluntaria, porque me interesa mantener entendimiento e intercambio de conocimiento.
Siempre me muevo en lo colectivo y siempre he tenido esa visión. Por eso me gustan esas iniciativas y trabajar con despachos como All Arquitectura.
Para conocer más del proyecto da click aquí: all-arquitectura.mx/casa-sexta/