ALL-ARQUITECTURA.MX

#weareall

 

Fernanda Escárcega Ch.

‘Comunidad ‘ y ‘ confianza ‘ son palabras que comparten no sólo una partícula etimológica –con– sino que ambas denotan cualidades indispensables para conformar vínculos fuertes y dinámicas sociales sanas entre un grupo de personas. Estos días, en entornos urbanos con ciudades desbordadas, brechas económicas enormes y prácticas sociales cada vez más fundamentadas en el individuo y la diferencia, es difícil pensar situaciones en las que el vecino deje de ser un simple desconocido.

En y alrededor de la ciudad de México, como en muchas otras metropolis en el mundo, los niveles de inseguridad y marginación han aumentado conforme las relaciones personales se han vuelto más lejanas y la empatía o atención con el otro han dejado de importar. Si no hay un trato habitual con mi vecino, no sé nada de él y, así, su vida me es indiferente. En ese mismo camino, las acciones que cada quien toma para la procuración de su propio bienestar, observan únicamente la esfera de lo individual, muchas veces al margen o, incluso, a costa de los demás.

A inicios de 2019, All Arquitectura participó en la rehabilitación del Parque Sur 23, en Xico, una de las colonias más problemáticas del Valle de Chalco. A través de la gestión de love.futbol en México y del patrocinio de la Pincus Family Foundation, se inició un proyecto cuyo proceso fue igual o más valioso que el mismo resultado.

En una primera lectura, el proyecto abordaba un problema: el parque deportivo de la colonia, construido en 1994, después de años de inundaciones y nulo mantenimiento, se había vuelto un foco rojo. La solución aparente sería sencilla: conseguir los recursos para rediseñar el parque, limpiarlo y ejecutar la nueva propuesta.

Sin embargo, el asunto iba mucho más allá de eso. Si el parque se vio abandonado, era porque ningún vecino se había interesado por usarlo y, menos aun, cuidarlo. Los jóvenes de la zona, en el lugar de habitarlo para jugar o realizar actividad física, lo que se convierte en una especie de tierra de nadie. Y, si era considerado foco de inseguridad, era porque entre los mismos habitantes había una relación de abuso potencial –o al menos así se percibía–.

Apunte aéreo por Zaickz Mosqueda

La rehabilitación del parque buscaba –sí– la incentivación del deporte en la zona, pero la metodología del proyecto aspiraba, de fondo, a combatir otras condiciones: el desconocimiento del otro, la desconfianza, la falta de sentido de comunidad y colaboración.

Por ello, desde el inicio se involucró a los habitantes de la zona y, durante todo el proceso, su participación y compromiso fue fundamental. Para entrar en contacto con las personas de la zona, se acudió a Natlik, una asociación civil conformada por personas originarias del Valle de Chalco, que coordinó las reuniones de la red vecinos, en las que se abrió espacio a la propia población para expresar sus necesidades, proponer ideas y decidir sobre el parque. Luego, para la ejecución, la red establecida se encargó de convocar y organizar a los vecinos que, como voluntarios, apoyarían con la limpieza del terreno y con tareas específicas en la obra.

Además del valor de hacer a los propios habitantes partícipes del diseño –en el cual se definió que el parque debería tener una cancha de futbol / basquetbol, ​​espacios culturales y oficinas administrativas– la impresión del trabajo y esfuerzo físico sobre el lugar, generó un sentido de propiedad que no había antes. Cada uno de los involucrados dejó su huella y tomó responsabilidad sobre una parte del nuevo parque.

Mil quinientas horas de trabajo voluntario se contabilizaron, mil quinientas horas de transformación del espacio físico y construcción de uno simbólico en el que los vecinos se fueron identificando, conociendo y vinculando. En el proceso de recuperación una gran diversidad de personas que no han interactuado antes de entrar en contacto y, trabajando por un fin común, no sólo establecieron vínculos de familiaridad y confianza sino que descubirieron que la organización les permite cumplir objetivos en beneficio de todos.

A primera vista, el resultado fue la recuperación de dos mil metros cuadrados de espacio público, pero hubo mucho más. El Parque Sur 23 no quedó solo como un lugar para la actividad física, sino que se abrió como terreno de posibilidades y conexiones emocionales con el lugar y con los otros habitantes, un generador de redes comunitarias en Xico.

Este proyecto conectó con la vocación social de All Arquitectura, equipo que valora aprender de las técnicas de otros profesionistas y, más aun, de la visión y las experiencias de vida de las personas que habitan la ciudad. Para todos –cuenta Alejandro Guardado– Parque Sur 23 refrendó la importancia de que el diseño y la arquitectura sea alcanzable para todos, ya que estas formas y procesos permiten mejorar los entornos y también sembrar el conocimiento de las comunidades.

Foto de sitio por Zaickz Mosqueda

Retomando las palabras del inicio, a la lista de ‘comunidad’ y ‘confianza’ se puede sumar también otra con la misma partícula y el mismo valor: ‘construir’ –con- unión, todo, junto + -struere juntar, amontonar -. Este verbo denota la edificación a través de la unión de elementos diversos, la arquitectura, como proceso teórico de construcción, bien puede trascender el espacio físico y actuar en el espacio social, en pro de la comunidad y la generación de confianza entre los habitantes.

En All Arquitectura así lo creemos y así lo hacemos.

 

Fuentes:

Tomeu Vidal Moranta y Enric Pol Urrútia (2005) “La apropiación del espacio: una propuesta teórica para comprender la vinculación entre las personas y los lugares” en Anuario de Psicología, vol. 36, no 3, págs.281-297, Universitat de Barcelona

Video documental “Parque Sur 23, Xico” de #weareall en vimeo.com

 

Leave a Reply