Hoy hace un mes, la Semana de Diseño de Milán tuvo lugar del 6 al 13 junio. En esta entrada hacemos un recorrido general sobre cómo se viven estos días, cuál es su origen y qué impacto ha tenido en la ciudad italiana.
Fernanda Escárcega Ch.
Es difícil intentar describir la energía que circula por Milán durante la semana de Diseño. Puedo hablar de la velocidad casi persecutoria con que camina todo el mundo yendo de un recinto a otro o de la pluralidad de idiomas que se mezclan enfatizando las diferencias en volúmenes y melodías; puedo señalar lo vistoso de los atuendos de unos cuantos y lo evidente que se vuelve cuando cruza una celebridad. Puedo acercarme más a la tarde y describir cómo los ríos de gente que corría desde la mañana, a las cinco de la tarde comienzan a desaparecer y, paulatinamente, la ciudad se va tiñendo de naranja, pues es la hora del aperitivo y todos, absolutamente todos, se detienen a beber un Spritz alrededor de mesas llenas y conversaciones escandalosas.
Puedo hacer eso y, de cualquier manera, sé que no lograré evocar en los y las lectoras, ni cerca, la euforia que invade el cuerpo al pasear por Milán en esas fechas.
De la Design Week Milano lo más conocido suele ser el Salone del Mobile, que, emplazado en el complejo Fiera Milano, resguarda el evento comercial de muebles y diseño más grande del mundo. A la par de aquella, sin embargo, se ha desarrollado otra feria, una más dispersa y más diversa, aquella que, por su propia naturaleza, ha venido a llamarse el Fuori Salone –literalmente, el Fuera del Salón–.
Enfocándonos un poco en la historia, Milán llegó a convertirse en la meca del diseño por el desarrollo industrial que tuvo Italia, en general, y la ciudad, en particular, como solución económica después de la Segunda Guerra Mundial. El primer Salón del Mueble se organizó en 1961 y, como evento, creció, anualmente, dentro de sus instalaciones, durante toda la década. Para finales de los 70, Cassina fue la primera marca que aprovechó su showroom en la ciudad y lo abrió durante las fechas como una extensión de su espacio comercial en el Salone. Rápidamente se sumaron otras empresas y diseñadores que, decidiendo montar exposiciones en locaciones interesantes y prestigiosas al centro de la ciudad, tendieron los cimientos del Fuori Salone.
Casos como el del grupo Alchimia, que en 1981 expuso en el Politécnico, o el del grupo Memphis, que ese mismo año apareció en la galería Arc 74, dan muestra de la esencia experimental, más interdisciplinaria, artística y arriesgada, que tomaron estas otras exposiciones. Mismas que, en los años siguientes, fueron abriéndose más y más espacio en la prensa especializada y marcando un cambio de dirección en la manera en que el diseño se presentaba y se vivía como parte de la ciudad. Para mediados de los 90, impulsado por la revista Interni, se instauraron las guías oficiales del Fuori Salone y comenzaron a convocarse instalaciones temáticas libres de intereses comerciales.
En años más recientes, con la ciudad consolidada como destino de Diseño –y negocios– es ingenuo pensar en exposiciones que se mantengan realmente al margen de los intereses comerciales; sin embargo, el Fuori Salone se ha mantenido como un evento más abierto en el que conviven arte, arquitectura y diseño, y, este último, no solo de mobiliario, sino de diversos tipos. Este año, por ejemplo, fue sobresaliente la presencia de Dior –con Philippe Starck–, Fendi, Dolce&Gabbana, Louis Vuitton, Versace y Hermès. Así como el premio Compasso d’Oro, otorgado a la galerista Rossana Orlandi.
Hay tanto sucediendo y hay tanto que captura el interés de los ojos y de la mente, que sería imposible tratar de visitarlo todo. Milán es una ciudad que palpita diseño. Aceleradamente en los pasos de los visitantes que se reunen durante las fechas de la Design Week e incesantemente, en la vida cotidiana de sus habitantes, durante el resto de los días.
Pues sí, aunque la energía efervescente se concentra especialmente durante la semana del evento, hay que decir que el impacto que el diseño ha dejado en la ciudad es digno de verse todo el año.
Por un lado, a partir de las guías del Fuori Salone, Milán divivido en una zonificación organizada en distritos de diseño –Brera, Isola, Tortona, Lambrate–; esta zonificación no solo ha recuperado la importancia de sus espacios sino que también ha distribuido el interés comercial, artístico y creativo equilibradamente. Por otro, al ser un escaparate de nivel mundial, importantes despachos de urbanismo y arquitectura han buscado ejecutar allí proyectos de gran valor. El Bosco Verticale, de Boeri Studio, o la creación del distrito CityLife, a cargo de Arata Isozaki, Zaha Hadid y Daniel Libeskind, son una prueba de ello.
Para la siguiente entrada nos enfocaremos a hablar de las temáticas y las formas que, en un recorrido persecutorio y eufórico por el Fuori Salone, identifiqué como las más sobresalientes.
Fuentes
[1] Andrea Cuman for Fuorisalone.it Fuorisalone history en https://www.fuorisalone.it/en/info/history-fuorisalone
[2] DAAily Guides Milán Design Week
https://www.archdaily.com/981982/daaily-guides-present-exclusive-highlights-of-milan-design-week
[3] Interni Guida Fuorisalone Milano 6-13 june 2022 en