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Fernanda Escárcega Ch.

 

Mucho antes de que el polémico Zuckerberg anunciara el “fin” de la era Facebook y el inicio de la era Meta, el concepto de Metaverso ya había rondado las mentes y los diálogos en los círculos de innovación y tecnología. Sin embargo, tan difícil como habrá resultado imaginar, en los 80, lo que sería el Internet de hoy, actualmente, hablar de lo que será el Metaverso, no puede sino mantenerse en los márgenes de la especulación y la ambigüedad.

Entendible o no, claro o indeterminado… Lo que es cierto es que el desarrollo tecnológico no solo ha generado nuevas herramientas, sino que ha ido moldeando nuestra forma de hacer las cosas, de comunicarnos y de constituirnos como personas desde todos los ámbitos. Se dice que con el Metaverso –la nueva red de mundos o experiencias del universo digital– esta influencia incrementará de manera inusitada e impactará abriendo múltiples oportunidades en las esferas de lo social, del entretenimiento, de lo académico y de lo económico –y, atravesando todas estas, en lo arquitectónico–.

 

     1. Metaverso

Empecemos por intentar aclarar un poco la definición de Metaverso que, aunque fácilmente nos lleva a referirnos a mundos virtuales –del tipo Sims, Simscity, Fortnite, Roblox o Minecraft– o a alguna de las imágenes de ciencia ficción que han rondado el concepto, implica una complejidad mucho mayor.

Metaverso: del griego meta ‘más allá de’, ‘después de’ y, del latín, universum ‘conjunto de todas las cosas’.

La etimología podría llevarnos a algo así como ‘universo por encima del universo’.

Expertos en el tema lo entienden como un estado futuro o sucesor del Internet –con mayor alcance, tiempo de permanencia y actividades comerciales–, descentralizado, sostenido por una red de plataformas abiertas, sin un objetivo específico, donde se puede vivir cualquier experiencia o actividad y, potencialmente, cubrir casi cualquier necesidad.

Como atributos centrales, quienes han teorizado sobre éste, enlistan que:

  • Será continuo –sin pausas, reinicios o finales–
  • Será sincrónico y en vivo –como en la vida misma, las cosas sucederán repentinas y en tiempo real–
  • Implicará la concurrencia de individualidades
  • Funcionará con una economía completa –con personas y empresas creando, comprando, invirtiendo, vendiendo, siendo recompensados–
  • Será una experiencia que se expanda entre el mundo digital y físico
  • Ofrecerá interoperabilidad de información, artículos y bienes digitales sin precedentes
  • Será creado y desarrollado por el contenido y las experiencias de una gran variedad de colaboradore

Para que funcione, el Metaverso requerirá mucha innovación, mucha prueba y error y el diseño y ejecución de incontables tecnologías, protocolos y compañías. Por ello, no será un plano que surgirá de una vez, completo y listo para vivirse. Tendrá que irse desarrollando poco a poco, conforme diferentes productos, servicios y capacidades se integren y se acoplen; conforme se los espacios virtuales tomen forma y se vinculen a dispositivos de uso como lentes de realidad aumentada o, incluso, interfaces cerebro-computadora.

Empire State Building por GL7TCH

Ya empieza a hacerse evidente, pero, entonces, ¿cuál sería ese rol transversal que tomaría la arquitectura?

 

      2. Arquitectura digital

Durante siglos, los y las arquitectas han liderado la construcción del mundo físico. En tiempos recientes, con el avance tecnológico y el incremento en el detalle de los escenarios de videojuegos y espacios virtuales, se ha abierto un puente –que se ampliará más y más hacia diversas áreas– entre la animación, la programación y la arquitectura.

¿Un nuevo mundo?, ¿un mundo creado a voluntad?, ¿un universo entero?

Me es inevitable pensar en la película Inception y en aquella arquitecta que dibujaba laberintos en el subconsciente, doblaba el terreno sobre sí mismo e instalaba espejos como trampas. Todo a partir de su imaginación y una minuciosa comprensión del espacio.

Inception por Christopher Nolan

Ante la inminencia del Metaverso, la creación de lugares de interacción, de réplicas –y no réplicas– del mundo físico, ha evidenciado la necesidad del diseño arquitectónico. El puente abierto, de cualquier modo, no es unidireccional; el trabajo y la experimentación puede tener efectos tanto en el mundo digital como en el mundo real. Y eso es algo que ha de tomarse en cuenta.

Además de la obvia y fundamental tarea de dibujar los espacios, del mundo real al Metaverso pueden pensarse las aportaciones que la arquitectura puede generar en términos de urbanismo, de estética y cultura, nuevas formas de convivencia y otras propuestas de entender(nos). ¿Qué tal pensar una ciudad que plantee órdenes distintos?, ¿qué tal entornos más incluyentes?, ¿qué tal un estilo que incorpore referentes culturales de orígenes diversos?

Del Metaverso al mundo real, mucho traspasará. Lo que sea que suceda en el Metaverso afectará no solo al interior sino también las formas del mundo real: servicios, interacciones, ritmos, lenguaje –efecto probado ya con el Internet–. En una aplicación muy técnica y más bien específica, la tecnología del Metaverso permitirá ejecutar simulaciones que prueben, virtualmente, edificios, flujos viales, mobiliario, distribuciones, etcétera. Se ha vislumbrado ya el valor que el Metaverso puede brindar a empresas, instituciones o gobiernos que, con estas simulaciones, exploren –de manera barata y sencilla– soluciones a problemas complejos. Ejemplo de ello es el caso del Aeropuerto Internacional de Hong Kong. Aeropuerto que fue diseñado mediante el motor de juego Unity, por ser la plataforma que permitió renderizar y probar entornos posibles en situaciones específicas como incendios, inundaciones, cortes de energía, pistas congestionadas o el flujo de gente en una emergencia. Este uso, de gran innovación, se ha empezado a aplicar en otras áreas como la ingeniería industrial o el cine.

De forma semejante, el software Matterport ha permitido crear réplicas de inmuebles y entender, en digital, oportunidades y problemáticas potenciales. Este entendimiento, a futuro, podrá profundizarse con la integración de datos en tiempo real que representen instalaciones eléctricas, estrategias de seguridad, HVAC, clima y tráfico.

Levantamiento usando Matterport

El concepto de gemelo digital –digital twin– como modelo virtual diseñado para representar con precisión un objeto físico, ha comenzado ya a cobrar relevancia en el quehacer arquitectónico y constructivo. Y es que, conforme se desarrolla la tecnología, se ha vuelto posible interconectar simulaciones y variables que antes eran independientes.

De un lado hacia el otro, de ida y vuelta, parece que el Metaverso y el mundo real se irán modificando en función del otro, pues, como ha dicho Patrik Schumacher, arquitecto y teórico, lo físico y lo virtual coinciden en muchos puntos.

Si abordamos el asunto desde las diversas escalas de diseño, basta con mencionar a la artista Krista Kim, quien, además de ser la creadora de la primera casa digital vendida –Mars House– y estar ya colaborando con una marca italiana en la creación de una colección de muebles digitales, ha empezado a discutir la importancia que tendrán el arte y la arquitectura –como fuentes de hitos, monumentos y referencias– en el establecimiento de ciudades virtuales.

 

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